EL CUENTO DE TAGARETA



            Hace tiempo… mucho tiempo… tanto tiempo que ya nadie se acuerda que en este lugar sucedió un acontecimiento que puso los pelos de punta y la carne de gallina a todos los que vivían cerca de aquí,  y  también,  a los que vivían en el pueblo.
¿Quién quiere escuchar esta historia?....
            Pues guardad silencio.
            Pero antes de comenzar vamos a protegernos de las  malas miradas de la luna y de los celos del agua; para ello tenemos que mirar al cielo, mirar a la luna…!mirar bien la luna…!
            ¿Veis  que la luna tiene una cara dibujada dentro?… se le ven los ojos… la boca… hasta la nariz. Y cuando hay luna llena,  es cuando esta redonda, redonda, redonda… es entonces cuando se le ve bien la cara a la luna.
Ahora, que hemos mirado la  cara de la luna, tenemos que seguir mirando al cielo y contar 10 estrellas diferentes; vamos ir buscándolas y las contamos en voz alta:
una, dos, tres, cuatro…………nueve y diez. 
            Ahora sí, ahora ya  estamos ya preparados para escuchar la historia que sucedió  en Tagareta sin peligro a ser hechizados por la luz de la luna y el poder del agua de la Ribera.
            ¿Empezamos la historia?

            Resulta que cerca de aquí hay un pueblo, un pueblo que no tiene torre como cualquier pueblo, sino que tiene una espadaña con un campanario, un pueblo que no tiene plaza porque a lo que llamamos plaza es de donde salen las calles principales del pueblo, un pueblo que tiene una fuente antigua, antigua, antigua, de donde  se cogía el agua para llevarla a las casas en unos recipientes que se llamaban cantaros y espiches que eran de barro…un pueblo que tiene un puente que construyeron los romanos… un pueblo que se llama… ¿Cómo se llama el pueblo?
            ... Eso… Usagre.
            En  el pueblo, hace tiempo, mucho tiempo, tanto tiempo que ya nadie lo recuerda,  vivía un rico y poderoso caballero, era un hombre de gran corazón, que ayudaba siempre al que necesitaba ayuda, tenía muchas posesiones: viñas y olivares, senaras donde cultivaba espigas de trigo, de centeno, de cebada y mazorcas de maíz… y en sus tierras trabajaban casi todos los hombres del pueblo.
            Este hombre tenía tres hijos. Los hijos no eran tan trabajadores como el padre, estaban acostumbrados a la buena vida… siempre de fiesta de pueblo en pueblo, de feria en feria, les daba igual  si era lunes, viernes o domingo… ellos andaban celebrando cualquier acontecimiento y les gustaba gastar mucho dinero, porque engañaban a  su padre para que les diera  todo el dinero que necesitaban para estar siempre de juerga.
            El padre estaba muy preocupado por sus hijos, pues no le hacían caso y estaban siempre de un lado para otro sin trabajar, solo pensaban en divertirse. Decidió que tenia que resolver aquel problema… y para ello… fue visitar a una bruja de mucha fama que vivía en una casa sin tejado.
            La bruja era muy alta, estaba coja,  tenía los cabellos de color ceniza, una joroba como la de un camello, y,  un ojo que como era de cristal no se le movía y no le servía para ver nada. Las manos las tenía llenas de verrugas negras y en la cara tenia tantas arrugas como la cáscara de una nuez…¡que fea era aquella bruja!... pero… todo lo que tenía de fea lo tenía también de sabia… así que era una bruja muy fea pero muy lista.
            La bruja, enseguida adivinó que es lo que el rico caballero le quería consultar, así que le dijo al noble caballero que cuando fuese noche de luna llena debía ir a un lugar en la Ribera que está situado entre el molino de la familia Casaquillas y la huerta de El pajarero... ¡Anda¡… justo donde estamos…

            ¡Ohhhhhhh!.....mirad allí, detrás de aquel chopo… allí se acaba de esconder un duende verde…¿lo habéis visto?... allí, allí… alumbrad allí… oh…ya se fué…

            Seguro que esta noche, si estáis atentos, lo  podréis ver por el camino hasta el pueblo… sí, estoy seguro que lo veréis… porque los duendes verdes son panzones y juguetones y aparecen cuando menos te lo esperas…
            Bueno… estábamos en que la fea pero lista bruja le dijo al rico caballero que debía venir a este lugar donde nos encontramos ahora,  en una noche de luna llena y meter los pies en el agua… y mirando a la luna decir sin respirar:
            ¡Tagareta, Tagareta, Tagareta a quien no lo repita que se le pinche la bicicleta¡
            Venga…  todos… de pié y mirando a la luna…. a la una, a las dos y a las tres:
¡Tagareta, Tagareta, Tagareta a quien no lo repita que se le pinche la bicicleta¡
Aquel hombre cuando pronunció aquellas palabras mágicas se durmió y calló al agua de la ribera…
            Y allí…donde están aquellos juncos, allí… sí… allí…al lado de las pasaderas, del agua salió una sirena y se lo llevó hasta el fondo, a lo más profundo del agua… entre los limos….. Siii, porque en Tagareta está  la puerta por donde, las noches de luna llena, salen las sirenas de la Ribera para  robar la luz de las estrellas, y así ellas poder tener luz para ver debajo del agua…
            Toda la gente en el pueblo pensaron que el rico caballero había desaparecido en el campo… decían que había salido a cazar gamusinos, y cogió tantos tantos,  que los gamusinos se escaparon del saco y se lo comieron… porque los gamusinos cuando estan uno o dos  no son peligrosos, pero cuando se juntan más de cinco… hay que salir a correr si no quieres que te coman los pies….

            Bueno… seguimos  con la historia.
Los tres hijos cuando se enteraron que su padre había desaparecido, se sintieron muy apenados…pero sólo pensaban… ¿ahora quien nos dará el dinero para vuestras fiestas y nuestras  juergas?...
            Así que decidieron repartirse las pertenencias de su padre y que cada uno se las averiguara como pudiese… porque entre ellos no se llevaban muy bien… tenían envidias unos de otros y rivalizaban por todo: que uno se compraba un caballo,  pues el otro, para no ser menos, se compraba dos, y el otro, para no ser menos… se compraba tres caballos y un carro… eran caprichosos, muy caprichosos y antojadizos.
Los jóvenes decidieron que  los 20 molinos de la ribera fuesen para el mayor de los hermanos, que los 45 huertas de la ribera fuesen para el de mediana edad,  y que las 1.432 cabras y ovejas fueran para el hermano más joven….
            Bueno… bueno… pero… ¿y los olivos y las senaras de trigo, de cebada, de centeno y maíz… para quien serían?
......oh… si… las tuvieron que vender para poder pagar las deudas que tenían por ser tan  envidiosos y haber comprado sin necesidad tantas y tantas cosas…tuvieron que vender los olivares y las senaras para pagar sus caprichos.
            Pasaron los días, los meses, y, una noche de luna llena, en un lugar al  lado de la ribera, un lugar que los del pueblo llamaban con una palabra que no está en nuestro diccionario, pero que sí está en el diccionario de las Sirenas…un lugar llamado Tagareta...
            ¿Cómo era aquello de?
            ¿Tagareta, Tagareta, Tagareta…a quien no lo diga que se le pinche la bicicleta?
            Venga tenemos que decirlo todos a la vez… porque si no el duende verde del chopo es capaz de salir esta noche de debajo de nuestra cama y darnos un susto…
Asi que venga a decir el conjuro mágico… de pie y mirando a la luna:
A la de una,  a la de dos y a la de tres:

¡Tagareta, Tagareta, Tagareta… a quien no lo diga  que se le pinche la bicicleta¡

            Bueno… seguimos con la historia…
            Estábamos en que una noche de luna llena estaba el mayor de los hermanos, el dueño de  los molinos, moliendo el trigo en sus 20 molinos, cuando escucho una bella músicas y una voz que cantaba en un idioma extranjero… era una música y una voz dulce y melodiosa. Salió del molino para escucharla mejor y fue entonces cuando allí,  en las pasaderas, vio a una hermosa muchacha, era una joven  de blanca piel y cabello dorado, era una joven que estaba sentada en una piedra y tenía las piernas sumergidas en el agua… cantaba mientras miraba a la luna, y cantaba tan bien que el molinero se acercó para escucharla y verla mejor…
            El molinero no se había dado cuenta que no era una muchacha, sino que era una Sirena…  Era la misma  Sirena que se llevó a su padre al fondo de la ribera…
No se dio cuenta porque estaba metida en el agua y no se le veía la cola… porque las sirenas no tienen piernas, tienen una cola de pez, con escamas de platas… igual que las sardinas… y esta Sirena, además,   tenía algo muy especial que no todas las Sirenas tienen… tenía alas de mariposa… era una Sirena bien rara.
            El molinero parecía embrujado por aquella voz y por aquella música, se acercó y cuando la Sirena dejó de cantar, el molinero le dijo:
¿tu quien eres?
            Yo no tengo nombre, soy muy joven para tener nombre, soy quien abre y cierra el grifo por donde sale el agua de la Luná, soy la hermana menor de la Cantamora.. soy la Sirena voladora de los sueños y de los buenos deseos…  o soy la mariposa nadadora  que castiga la envidia y el desenfreno…
            Dime, ¿Quién quieres tu que sea?.. ¿la Sirena voladora o la mariposa nadadora?...
            El joven molinero no respondió nada, tenía miedo a ser castigado porque desde la desaparición de su padre había tenido que vender 5 molinos para poder  continuar con su vida de diversión y fiestas…
            La Sirena mariposa, adivinó los pensamientos del molinero y le dijo:
            Te cambio los 15 molinos que te quedan  por reunirte con tu padre y ser buen hijo… y si aceptas mi propuesta todos los granos de trigo y cebada que hay en  tus molinos los convertiré en estrellas para que la luna no esté nunca sola  en las frías noches de invierno.
            El molinero lo pensó un momento…y la Sirena mariposa nuevamente adivinó su pensamiento… así que se abalanzó sobre él, lo cogió de los pies y lo arrastró hasta los limos de las aguas más negras y más profundas de la Ribera.
Desde aquel momento los molinos de la Ribera de Usagre comenzaron a derrumbarse, los molineros  y sus familias se marcharon al pueblo, otros incluso cambiaron de región y hasta de país…
            Los molinos se llenaron de zarzas, las zarzas con sus espinas hieren y marchitan… y los granos de trigo, las espigas de cebada y las mazorcas de maíz hoy son un triste recuerdo.  

            Al mes siguiente , la noche de luna llena, en este mismo lugar, nuevamente  la Sirena comenzó a cantar, y la música se escuchaba por todas las huertas. El segundo de los hijos, se despertó  de su sueño y hechizado por aquella voz y por la música salió de su casa y se detuvo debajo de un moral para escuchar aquella canción…
            El moral estaba …. allí, sí allí, justamente detrás de aquella junquera … allí donde se ha escondido otra vez el duende verde… ¿Quién lo ha visto?..
ese duende panzón es travieso… veremos a ver si esta noche no se esconde en alguno de nuestros bolsillos y  nos asusta…
            El hortelano, estaba entusiasmado escuchando tan bella canción…sentado en el tronco del nogal…Un nogal que estaba allí… allí, sí allí... donde acaba de esconderse en duende verde… otra vez…bueno  ahora seguro que todos lo habréis visto…¿no?... que feo y que chiquitillo es ¿verdad?.
La sirena seguía cantando y el hortelano a su lado cerró los ojos, entonces la sirena le hizo las mismas preguntas que a su hermano…  y le dijo, si acepta mi trato yo haré que todas las manzanas, peras, higos y brevas, melocotones y albarillos, membrillos, cerezas y guindas y las demás frutas de las 30 huertas que te quedan,  le quedaban 30 porque ya había vendido 15 para pagar sus fiestas y sus vacaciones, se convertirán en luceros y estrellas, que en las tibias noches de otoño acompañen a la luna para que no esté sola en el oscuro cielo…
            De repente el hortelano fue empujado a lo más profundo del agua, arrastrado por la sirena mariposa hasta el fondo de la Ribera.
            Al mes siguiente, la noche de la luna llena, en este mismo lugar, acudió el tercer hermano para que sus ovejas y sus cabras pudieran beber el agua fresca de la Ribera…    El joven pastor estaba vigilando el ganado para que los lobos y las musarañas de la noche no se lo comieran..
            Estaba sentado allí, junto a aquella junquera…Sí, allí,... allí… donde se ha escondido el duende verde…¿lo habéis visto?... estaba allí, sentado, escuchando el cuento, eso es que a este duende le gusta estar donde no lo llaman… seguro que esta noche aparece en cualquier sitio…debajo de la cama… para que los que no lo hayáis visto podáis comprobar que los duendes de la ribera son verdes regordetes y que  existen de verdad…
            Bueno, seguimos con la historia. Estaba el pastor cuidando  su rebaño, la noche era clara, porque cuando hay luna llena es  como si todo se reflejara en un espejo, la noche era tan clara que se podía ver sin luz…de repente se levantó un fuerte viento, un aire huracanado, un aire que movía a los chopos de lado a lado, los juncos se inclinaban hasta rozar el agua… un viento tan fuerte  que hizo que  la luna se escondiera detrás de las nubes mas altas… un aire que no dejaba que el pastor escuchara el canto de la Sirena que ya estaba cantando allí… en las pasaderas… ¡otra vez el duende!...¿es el mismo o es otro?... ¿Quién lo ha visto?
            Os decía que el murmullo del aire no dejaba que el pastor escuchara el dulce canto de la Sirena, pero como era una Sirena mágica decidió desplegar sus alas echar  a volar… y como si fuese una mariposa de posó en la punta de un junco.
            Fue entonces cuando el joven cabrero escucho el canto de la Sirena… y volvió a suceder lo mismo, la Sirena le pregunto que si quería ir con su padre,  y que le cambiaba sus 840 ovejas y cabras, de las 1.432 que heredó de su padre  ya que había tenido que vender muchas para pagar las deudas por ir a tantas ferias y tantas juegas…
            Antes de que él respondiera la sirena ya sabía la respuesta… y en esta  ocasión la respuesta no era como la de sus dos hermanos… el joven pastor dijo NO, no quiero ir donde esta mi padre… porque tu me engañas…seguro que es un truco y que no cumple tus promesas… ahora me dirás que si acepto ir donde esta mi padre mis ovejas y mis cabras se convertirán en estrellas que acompañaran a la luna en las calurosas noches de verano… como si yo no supiera que tu y tus hermanas, las noches de luna llena, sabeis abrir las puertas de la ribera, aquí en Tagareta, para salir del fondo del agua y robar la luz de las estrellas para que os alumbre en la oscuridad del cieno del fondo de la Presa Honda.
            La Sirena se enfadó tanto que se calló de lo alto del junco al que se había subido… fue entonces cuando sus alas se rompieron y las escamas de platas de su cola de sardina se llenaron de barro y de limo…
            El pastor agarró su garrote y levantándolo hacia la luna dijo:
            ¡Tagareta, Tagareta, Tagareta… a quien no lo repita que se le pinche la bicicleta!
            La sirena, estaba aturdida, no entendía como el pastor se había enterado de su encantamiento,  entonces el joven pastor cogió a la sirena por su cola, la ató a una junquera  y le dijo…
            Ahora devuélveme a mi padre y a mis hermanos, sé que los tienes tu, y que los tienes preso en la cárcel que las sirenas tenéis en la Presa Chica… devuélveme a mi padre porque es un buen hombre y solo quiso hacernos entender a mí y a mis hermanos que la vida de diversión que llevábamos no era buena…y mis hermanos son nobles de corazón porque prefirieron ir a la búsqueda de mi padre en vez de seguir con la diversión y las fiestas que tu les dabas.
            La sirena estaba desolada…apenas podía decir palabra… haciendo un esfuerzo le preguntó al pastor que quien le había contado lo de aquel hechizo…
            El pastor no abrió la boca porque sabía que la Sirena estaba leyendo sus pensamientos…  miró detrás de aquellas ramas y … ¿a quien vio?.. 
            Siiiiiiii….a nuestro amigo el duende verde de la ribera…
            ¿Sabéis?... el ha sido quien me ha contado el final de esta historia…  resulta que la Sirena liberó al noble y rico caballero, que pudo comprobar que sus hijos a pesar de ser unos derrochones y despilfarradores tenían un gran corazón y que después de pagar sus deudas nunca más abusaron de sus riquezas.
            El rico caballero volvió a casa con sus tres hijos que nunca que en la ribera de Usagre, entre el molino de  Casaquilla y la huerta de El Pajarero, hay un lugar por donde se puede cruzar la Ribera, y que hay una puerta secreta por donde las noches de luna llena sale la Sirena de la Ribera a robar la luz de las estrellas,  y que ese lugar se llama Tagareta… y quien no se lo crea que esta noche mire de bajo de su cama o detrás de la puerta y se lo pregunte al duende verde de la ribera.

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